El proyecto

El Planetario de Roma es un punto de encuentro entre el individuo y el cielo, las personas y la astronomía, la sociedad y la cultura científica. Su misión es ofrecer a todos un punto de apoyo de emoción y conocimiento para subir a las estrellas. Para cumplir esta misión de la mejor manera posible, el Planetario de Roma ofrece sus actividades a todos los grupos de visitantes: familias, niños, estudiantes, adultos y cualquier persona que quiera descubrir el cielo estrellado y aprender más sobre astronomía. Para involucrar al público con propuestas culturales de alto nivel, el Planetario pretende ser una estructura abierta a los intercambios y contaminaciones culturales, autorizada a nivel científico, inclusiva, flexible y atenta a las peticiones del público.

El nuevo Planetario de Roma será una estructura abierta a los intercambios y contaminaciones culturales, autorizada, inclusiva, flexible, receptiva, atenta a las demandas del público y capaz de interceptar el espíritu de los tiempos en la forma, el momento y el contenido de su oferta cultural

LA FILOSOFÍA DEL PLANETARIO

Uno de los elementos fundadores de la actividad desarrollada por el Planetario a lo largo de los años, con el fin de cumplir su misión, es una profunda reflexión sobre la comunicación de la ciencia dentro de un planetario: para qué sirve, a quién va dirigida y cómo puede llevarse a cabo. Las respuestas a estas preguntas se refieren a la relación entre la ciencia y la sociedad, al papel del Planetario como lugar de encuentro público de las ideas y los protagonistas de la investigación científica, a la atención a los diferentes destinatarios y al desarrollo de un lenguaje apropiado.

La característica fundamental de la filosofía de trabajo resultante es la conciencia de que la ciencia puede transmitirse eficazmente a través de la emoción. Todos los espectáculos y eventos astronómicos producidos desde el inicio de las actividades en 2004 se basan en este supuesto. La intención es utilizar el planetario como puente para superar la inútil y obsoleta división entre cultura científica y cultura humanística, y ello se concreta en una búsqueda continua de contaminación de contenidos, abarcando ideas artísticas, literarias, históricas y musicales -de ámbitos culturales distintos al de la ciencia- con las que construir vínculos narrativos, capaces de enriquecer de significado la experiencia del visitante porque establecen una relación dialéctica con su bagaje cultural y su imaginación. El objetivo subyacente a la operación cultural llevada a cabo por el Planetario de Roma es convertirlo en un punto de apoyo útil para que el público "ponga en cultura" el conocimiento científico (según la definición de J. M. Lévy-Leblond), vinculándolo a la llamada "cultura general" compartida por todos, a través de la narración propia del estilo y el lenguaje desarrollados en el planetario - funcional precisamente para este fin. Esta filosofía de trabajo, que puede resumirse en la promoción de la narrativa de la astronomía cultural, y el lenguaje que de ella se deriva son parte esencial de la identidad cultural del Planetario de Roma.

UN MUSEO VIVO

El Planetario no es un museo en el sentido clásico del término: no tiene una colección que exponer, ni un recorrido independiente para el visitante. Es un "museo de ideas", su repertorio es una colección de conceptos y formas de contarlos. Su realización se basa enteramente en la interacción entre el visitante y el astrónomo, y no puede tener lugar de ninguna otra manera. En consecuencia, las actividades abiertas al público conforman una variedad que crece progresivamente con el tiempo, y siguen ritmos dictados por las estaciones y los fenómenos del cielo, que serán el punto de partida de eventos especiales basados en la observación de las estrellas a simple vista y con telescopio: momentos en los que el Planetario "sale" de su cúpula para encontrarse con el público bajo el cielo real de Roma. En resumen, el Planetario es un museo vivo, que cambia constantemente para involucrar al público.

LOS OBJETIVOS DEL PLANETARIO

Por su propia naturaleza, el Planetario atrae a un público muy variado entre sus visitantes, formado por todos los estratos sociales, los orígenes culturales y las diferentes sensibilidades humanas presentes en la comunidad de referencia, es decir, principalmente Roma y los romanos, pero no sólo: los estudios de público realizados en años pasados indicaron una zona de captación formada por un 80% de ciudadanos romanos y un 18% de residentes en el resto de Italia, con una pequeña cuota de visitantes extranjeros procedentes de otros países.

Alrededor de 2/3 de los visitantes son estudiantes, desde la escuela primaria hasta la universidad, mientras que el resto del público está formado por familias con niños, jóvenes, adultos y ancianos. Los niños están entre los principales usuarios de las actividades del Planetario, pero uno de los retos más interesantes ha sido transmitir a los usuarios la idea de que el Planetario no es sólo una instalación para niños, hasta el punto de que el público adulto puede encontrar bajo la cúpula considerables puntos de descubrimiento y estudio.

La programación del Planetario siempre ha tenido muy en cuenta la gran heterogeneidad del público que lo frecuenta, y este cuidado se extiende también a las diferentes categorías de personas discapacitadas, subrayando el carácter fuertemente inclusivo de las actividades del Planetario.

UN RECURSO DE 360º PARA LA CIUDAD

La renovación del sistema de proyección con la nueva tecnología de cúpula completa inmersiva produce una importante ventaja: el nuevo Planetario de Roma gana tal versatilidad que lo hace apto para albergar contenidos multimedia que van mucho más allá de la astronomía: en la cúpula digital es posible proyectar aportaciones de todo tipo, pertenecientes a cualquier ámbito científico y cultural. Gracias a este avance tecnológico, en el planetario se podrá hablar no sólo de astronomía, sino también de geología, biología, química, pero también de música, arte y entretenimiento. Tomando imágenes o vídeos de 360° de lugares de interés, la cúpula del Planetario puede transformarse en cualquier otro entorno: la cúpula del Panteón, la sala de un museo, la cima de una montaña. El nuevo Planetario digital se convierte así en un potente recurso multidisciplinar al servicio de la ciudad: puede pensarse en él como una casa de la ciencia y las artes, "en redondo". Un museo en el sentido etimológico del término. 
Además de las estrellas y el universo en 3D, se podrá planear sobre la cúpula una reconstrucción del cráneo de un tiranosaurio, admirar un escaneo del David de Miguel Ángel o de cualquier otra obra de arte más cerca que en su ubicación original, o navegar por la maqueta de la antigua Roma, y manipular el modelo de un virus o una molécula. El Planetario de Roma puede acoger ahora eventos -desde actividades educativas hasta conferencias para especialistas- que abarcan todas las ciencias y artes. Esto lo convierte en un recurso inigualable para valorizar el patrimonio histórico, artístico y cultural de Roma y para establecer una conexión con todos los museos e instituciones culturales del territorio, del país y del mundo. 

FORMATOS DE ACTIVIDAD

En el planetario se pueden realizar muchos tipos de actividades y eventos. Normalmente, quienes no son expertos en planetarios tienden a definir la experiencia bajo la cúpula como una "lección": este término ha quedado definitivamente obsoleto, al menos en lo que respecta al disfrute que el Planetario de Roma ha ofrecido siempre a sus visitantes, orientado hacia el modelo de "espectáculo astronómico", introducido por los conservadores científicos del Planetario ya en 2004 y asumido ahora por todos los principales planetarios italianos.

Un espectáculo astronómico no es una conferencia, ya que no pretende enseñar nada en un sentido propiamente didáctico, sino que pretende despertar la curiosidad de los usuarios, estimulando su deseo de aprender más, ofreciéndoles quizá herramientas para que exploren por su cuenta los temas propuestos. Es un espectáculo porque trabaja tanto el aspecto emocional de la experiencia en el planetario como el contenido científico, dosificando hábilmente la narración, la proyección del cielo, las imágenes y la música: cada ingrediente es esencial para el éxito del espectáculo, y funcional para la transmisión de un mensaje.

Además de espectáculos, un planetario moderno puede acoger otros muchos tipos de actividades, desarrolladas en diferentes formatos: conciertos, representaciones teatrales, instalaciones de videoarte y, por supuesto, formatos más clásicos como conferencias, debates y mesas redondas. Todas estas actividades se han realizado ampliamente en el pasado bajo la cúpula del Planetario de Roma; ahora con el sistema digital las posibilidades de uso y la calidad del resultado son aún mayores. La nueva tecnología nos ofrece, por tanto, un gran margen de innovación: un reto creativo para el futuro del Planetario.

CIENCIA EN EL PLANETARIO

Una de las características más emocionantes del nuevo Planetario Digital es la capacidad de mantener continuamente actualizadas las grandes bases de datos científicos de que dispone para las simulaciones astronómicas. De este modo, cada nuevo descubrimiento, ya sea una estrella, un cometa, un nuevo planeta o galaxias lejanas, se incorpora inmediatamente a la "memoria" del sistema, y puede tomar forma y cobrar vida en la bóveda celeste. Incluso existen modelos tridimensionales de las sondas espaciales recién lanzadas para poder seguir sus trayectorias y participar en su exploración subjetiva de los cuerpos celestes. Gracias a estas características, el Planetario se presta a narrar la astronomía desde sus aspectos más clásicos y antiguos hasta los últimos avances de la investigación científica y los descubrimientos más actuales realizados con telescopios de todo el mundo. El resultado es una representación plástica y en constante evolución del universo que nos rodea, capaz de satisfacer las demandas de estudiantes y profesores, de entretener a quienes disfrutan dejándose seducir por la fascinación del cielo, de hacer interactiva y lúdica la exploración del espacio para los niños, y de atraer el interés de cualquier ciudadano que desee asomarse al mundo más allá de su horizonte cotidiano.

Con este planteamiento, los temas científicos sobre los que se injertarán las actividades del Planetario, enriquecidos a lo largo del tiempo con programas cada vez más variados en cuanto a contenidos y objetivos, van desde la observación estacional del cielo estrellado -un clásico de todo planetario- y el estudio de los movimientos de los planetas del sistema solar -otro clásico de la enseñanza de la astronomía, muy demandado en las escuelas- hasta temas más específicos y transversales, estudios de profundización y vínculos con la historia y la actualidad. Entre ellas, ocupan un lugar destacado las siguientes:

- La relación entre Roma y las estrellas

- El planeta Tierra y la crisis climática

- Planetas extrasolares y vida en el espacio

- Los nuevos objetivos de la exploración espacial

La atención a la estrecha relación entre Roma y los astros, atestiguada por innumerables elementos de la historia de la ciudad (obras de arte, yacimientos arqueológicos, monumentos, el propio urbanismo de algunas zonas, las actividades de investigación de los astrónomos del pasado y del presente) proporciona un contexto de referencia fundamental para el relato científico, y permite crear una multitud de conexiones culturales entre Roma y los cielos que expresan de la mejor manera posible el sentido de la divulgación científica que proporciona el Planetario. De este modo, los eventos y espectáculos astronómicos, concebidos y producidos por los astrónomos, adquieren un carácter específico y único que los diferencia de la programación de todos los demás planetarios.